Guadalmez Gourmet. Angel Manzanares Durán • 3 de julio de 2023
¡ Ven a Guadalmez, su magia te sorprenderá !
Si de algo no tenemos dudas, es de que viajar es una de las terapias más recomendables para descansar y desconectar de nuestras rutinas diarias.
Algunos prefieren visitar grandes ciudades, museos, restaurantes exclusivos…pero los hay que disfrutan mucho más descubriendo nuevas rutas naturales y que ya se han decantado por los grandes ventajas del turismo rural.
El ser humano tiene una clara conexión espiritual con el medio ambiente que le hace desconectar del estrés y encontrarse consigo mismo cuando viaja a zonas naturales y duerme zonas rurales.
Pero además, pasar el fin de semana en un pueblo como GUADALMEZ, rodeado de montañas, al lado de un precioso río, puede hacerte descubrir un nuevo universo de sensaciones tanto si viajas solo como si viajas en familia.
10 Beneficios de practicar turismo y descansar en Guadalmez.
1. La tranquilidad y sosiego
son una constante en este pequeño pueblo. Desde primerísima hora los sonidos del día se mezclan con
la naturaleza propia de un lugar virgen, aparcado en el tiempo.
Es una clara oportunidad de desconectar del mundo agitado o de la rutina del día, a través de refugios de paz y tranquilidad.
2.Los precios
de alquiler o estancia suelen ser mucho más baratos
que en destinos como la costa, ciudades, etc. No necesitas pagar para
llegar al lugar de disfrute que elijas: río, montaña, antiguas minas,
lugares de culto, tapear por los bares, etc.
3. El turismo pasa a ser en un medio de exploración, de una oportunidad para descubrir entornos singulares, únicos.
4. Para los niños, el turismo rural es recomendable, dado que esta actividad les pone en contacto con la naturaleza
y les ayuda a entenderla desde el cariño y el roce con estos entornos, además de poder proporcionarles un contacto directo con animales, lo que también puede ayudarles en otros muchos sentidos.
5. Para el propio destino, constituye un importante dinamizador económico a través de puestos de trabajo
gracias a la apertura o restauración, sector servicios y casas rurales.
y saborear los exquisitos platos de toda la vida, será una nueva manera de degustar los productos típicos de la zona.
7. Cercanía. El trato que recibes generalmente por parte de los propietarios es más próximo que en grandes hoteles y siempre proporcionan información cercana de tradiciones y actividades típicas de la zona.
8. Modernidad. A pesar de que rural pueda sonar a antiguo, dispone
de todo lo necesario: piscina, tiendas, bares, restaurantes, etc.
9. Estar en el centro de la naturaleza, próximos a ríos y montañas
ayuda a que se puedan practicar todo tipo de deportes que en la ciudad sería bastante imposible disfrutar, son algunas de las actividades que podrás aprovechar a descubrir si te alojas en Guadalmez.
10. Las fiestas
se viven de manera única, hay una especial unión entre los lugareños y los visitantes asíduos y ocasionales. el resultado es inolvidable. La famosa manera de tapear por sus acogedores bares se llama " hacer la baca ", todo un ritual obligatorio para visitantes, que conocerán una manera muy especial de compartir experiencias y reforazar vínculos.
No lo dudes... " Ven y Guadalmez te envolverá con su magia " .
Construido sobre un castro romano, fue reconstruido en el siglo XI por los árabes y abandonado en el siglo XV. Declarado BIC en 1985. Desde un escarpado risco de la Sierra de Santa Eufemia, el Castillo Miramontes sigue vigilando la comarca de Los Pedroches. Hoy se encuentra en estado ruinoso, pero aún mantiene en pie una imponente torre que da idea de la importancia que tuvo la zona ya desde época romana. Se trata de una fortaleza de planta poligonal del que se conserva un lienzo y la torre del Homenaje o de la Cárcel. El Castillo de Miramontes hace honor a su nombre dominando desde un escarpado cerro de la Sierra de Santa Eufemia la comarca de Los Pedroches. Por desgracia, hoy se encuentra en estado ruinoso, a pesar de ser Bien de Interés Cultural (BIC), pero en tiempos controló el camino hacia Toledo y Almadén. Su origen se remonta a época romana, cuando se construyen varias fortalezas para vigilar lo que posteriormente se conocerá como la Vía del Azogue, si bien de esa época apenas queda algún vestigio. Los restos que hoy contemplamos responden a los de una fortaleza árabe del siglo XI-XII. En el año 1155, Alfonso VII El Emperador conquista el castillo y da lugar a una leyenda, la que otorga a los santaeufemianos el apodo de calabreses. El cronista oficial de la villa, Miguel Torres Murillo, cuenta que según esta leyenda, entre las huestes del rey se contaban 33 caballeros italianos de Calabria, lugar de fuerte veneración a Santa Eufemia. Ellos, arengados por el rey al grito y advocación de «¡Por Santa Eufemia!» tomaron por asalto el castillo, apoderándose de la población e imponiéndole dicho nombre. De aquí el gentilicio de calabreses con el que se denomina a los naturales de Santa Eufemia y de aquí la hermandad de la Santa, fiel reflejo de esta tradición, respondiendo a la tipología de cofradías militares. El castillo quedó parcialmente destruido en esta conquista y sería reconstruido y, de nuevo, destruido en varias ocasiones, hasta que fue destruido definitivamente en el año 1478 por orden más que probable de los Reyes Católicos, para castigar los excesos del entonces arisco señor de Santa Eufemia, Gonzalo Mejía II. Su estado actual es completamente ruinoso aunque se aprecia su prestancia de otros tiempos.De planta poligonal, aunque de tendencia cuadrangular, es difícil distinguir el castillo de la propia roca sobre la que se asienta. En la actualidad se conserva el lienzo septentrional y parte del amurallamiento oriental, en el que se aprecian diversas torres prismáticas de piedra, la mayoría de ellas derruidas, aunque todavía se conserva prácticamente entera la que fue torre del Homenaje, llamada también de la Cárcel, así como restos de un espacioso aljibe en el patio de armas -con restos de bóveda de ladrillo- y abundantes restos de la residencia de los señores y sirvientes (sobre todo cerámicas y tejas medievales). También hay vestigios de una posible torre hecha de tapial en el patio, correspondientes tal vez a la primitiva construcción árabe. El Castillo de Miramontes está construido en tapial revestido por ambas caras de mampostería, hecha a base de ripios del lugar y trabada con una fuerte argamasa o mortero de cal y arena. Ocasionalmente también aparece el ladrillo como elemento constructivo. Se cree que parte de sus artesonados se utilizaron en la iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación. La fortificación domina ampliamente el entorno y desde ella se posee enlace óptico con otras fortalezas, como el Castillo o Torre de la Nava (Montoro), el de Vioque, también en Santa Eufemia, el de Madroñiz (El Viso), el de Gelices o Felices y el del Mochuelo (Ciudad Real), además del propio pueblo de Santa Eufemia, que queda al sur. Asimismo, el gran dominio visual que posee Miramontes hace que desde él se divisen, incluso, los Montes de Toledo y parte de la sierra norte sevillana.
27 FORMAS PARA AHORRAR AGUA DE MANERA MUY FÁCIL : Revise todos los grifos y las cañerías de su casa en pos de fugas, aún con una fuga de una pequeña gota debido a una arandela, puede llegar a perder veinte litros de agua al día. Imagínese cuánta agua se desaprovecha en el caso de las pérdidas más grandes. Un adecuado mantenimiento de grifos en casa ahorra agua y dinero. El inodoro no es un cenicer o o peor todavía una canasta, cada vez que tira colillas de cigarros, papel del váter no biodegradable, papel de seda u otra basura en el agua, se pierden en general de cinco a siete litros de agua. Verifique periódicamente que no haya fugas en el inodoro. Para contrastar que no haya fugas, lea el contador de agua, por servirnos de un ejemplo, antes de ir a dormir de noche y cuando se despierte en la mañana. Si el medidor no muestra exactamente la misma figura de la lectura precedente, entonces quiere decir que hay una fuga de agua. Para un ahorro de agua en la ducha trate de hacer duchas cortas (se comprende que una ducha consume menos que un baño). Evite las elevadas temperaturas y no deje el grifo abierto durante el afeitado diario. Trate de evitar tirar de la cadena de varios inodoros al mismo tiempo. Siempre cierre el grifo de agua mientras que se cepilla los dientes . Es mejor sumergir el cepillo y completar un vaso de agua para enjuagar la boca. Cuando se afeita llena el fregadero con unos pocos centímetros de agua y moja la cuchilla adentro. Para un ahorro de energía y agua en el hogar, siempre utilice el lavaplatos y la lavadora solo a plena carga. De ser posible durante las horas de la tarde, los días festivos, opte por bajar la temperatura de lavado “eco” o veloz y asegúrese de que tengan clase A++. Reducir al mínimo o mejor eludir el empleo de la recogida de basuras o el triturador de desperdicios de la pileta. A fin de que esto funcione adecuadamente, requiere el empleo de un montón de agua. Lo que aumenta en buena medida el volumen de resto, que aparte de los inconvenientes de mantenimiento conduce a enormes inconvenientes ambientales. Para reducir los restos orgánicos considerablemente es mejor decantarse por el compostaje casero. Evite lavar los platos a mano, al menos que sea necesario , sin embargo, no permita que el agua corra abundantemente mientras que esté enjabonando. Utilice limpiadores ecológicos. Cuando lave las verduras, cierre el grifo del agua. Para llenar un recipiente o fregadero con agua, utilice un poco de bicarbonato , es un buen antídoto para la desinfección de frutas y verduras. Si está plantando un césped nuevo o si quiere sembrar nuevamente la existente, trate de emplear las plantas y pastos resistentes a la sequía. Muchas plantas medran verdes y fuertes, aún sin el riego excesivo. Contar con una capa de mantillo en torno a los árboles y plantas de su jardín para sostener el suelo siempre en un buen nivel de humedad, esto dejará una evaporación lenta de agua y se resguardarán las plantas de las malas yerbas. La mayor parte de los céspedes familiares precisan ser regados una vez por semana, así que trate de regar su césped solo cuando verdaderamente lo necesite. Una buena forma de ver si su césped precisa agua es pisar la yerba. También puede inclinarse por no regar su césped a lo largo del verano y dejar que se seque un poco. Cuando el tiempo esté más frío, volverá regarse con el rocío de la mañana y las lluvias estacionales. Riegue el jardín a lo largo de las primeras horas de la mañana , por lo general, es mejor que durante la noche puesto que ayudan a prevenir el desarrollo de hongos y la aparición de caracoles o parásitos. Además, de esta forma el agua va a ser mejor aprovechada en las próximas horas del día. Para ayudar a mantener su jardín con un buen nivel de humedad y eludir que absorba demasiada agua, añádele a la tierra un poco de fertilizante orgánico logrado del estiércol vegetal, con el objetivo de reducir en buena medida la cantidad de agua que se utiliza para las plantas y la yerba. Una buena práctica es ponerlas estratégicamente en el jardín con un fácil sistema de riego por goteo. Cuando lave el vehículo con la manguera, no deje el grifo abierto durante demasiado tiempo . Humecte su vehículo con un cubo de agua, y emplea agua corriente solo para enjuagar. Para mayor ahorro de agua, una mejor forma de lavar su vehículo es el empleo de un producto para la limpieza en seco. Para limpiar el patio usa la escoba no la manguera . La conservación del agua ha de ser una práctica natural y rutinaria, para toda la familia. Un consejo para los progenitores con conciencia ambiental, pasar cierto tiempo para instruir a sus hijos a respetar el medioambiente, y vas a poder ver la diferencia.
La jalea real es una sustancia ácida, blanquecina y cremosa, rica en proteínas y minerales, que segregan las abejas para nutrir a las larvas durante sus primeros días de vida y para alimentar a la abeja reina de la colmena a lo largo de toda su vida. La composición de la jalea real presenta unas características estructurales únicas y está formada por multitud de sustancias entre las cuáles podemos destacar: Proteínas, siendo una de las más destacadas la que se conoce como apalbúmina. Lípidos. Azúcares. Minerales como calcio, potasio, sodio, hierro, zinc o manganeso. Aminoácidos esenciales como Arginina, Valina y Serina. Vitaminas, sobre todo las B1, B2, B5 y B6. Y ácido fólico. La jalea real es empleada a día de hoy como complemento alimenticio, si bien cuenta con gran interés entre la comunidad científica tanto por su valor nutricional como por sus posibles propiedades saludables para el organismo. La jalea real suele recomendarse como revitalizante en casos de fatiga, agotamiento y cansancio, o también para estimular el apetito La jalea real suele recomendarse como revitalizante en casos de fatiga, agotamiento y cansancio, o también para estimular el apetito. Algunos estudios apuntan además a la actuación de las proteínas de la jalea real en el sistema inmunitario. Asimismo, ayuda a mejorar el rendimiento físico y mental, refuerza la capacidad de aprendizaje y la memoria, provoca sensación de bienestar y euforia, y contribuye a incrementar las defensas del organismo, ya que estimula la fabricación de anticuerpos y proliferación de células implicadas en la respuesta del sistema inmune. También es beneficiosa para el sistema digestivo, ayuda a regular los niveles de colesterol y triglicéridos en el cuerpo, por su alto contenido en ácido fólico y niacina, ayuda a aumentar la hemoglobina y favorece la proliferación de glóbulos rojos. De igual modo, es un superalimento con acción antiséptica y bacteriostática, es beneficiosa para la piel, ya que actúa en la renovación de células epiteliales de la piel, y ayuda a recuperar el peso y el apetito en personas anoréxicas o inapetentes en estados post-operatorios.
Los primeros indicios de población en el valle del Guadalmez en Ciudad Real, datan de la Edad del Bronce, en torno a unos 1000 años a.C., pues de ese momento parecen ser las pinturas rupestres que decoran sus sierras y varias estelas funerarias, halladas junto al río, del tipo extremeño y clara influencia tartésica, que los especialistas encuadran entre finales del siglo IX y comienzos del siglo VIII a.C. Debido a la riqueza minera de la comarca, el valle no sólo estuvo bajo la influencia de Tartesos, sino que también romanos y visigodos habitaron sus tierras, como queda patente en las antiguas ruinas que se levantan en el lugar conocido en la actualidad como «Los Balasanes» y en los restos de la “villae” de La Tejera. Pero no será hasta la época musulmana cuando de nuevo volvamos a constatar la presencia humana en el valle. A esta etapa corresponde el yacimiento de «La Calera», en la ladera del cerro Abulagar, donde se encontró un cuenco con decoración epigráfica que repetía el vocablo Al Malik (El Rey), de clara pertenencia a las manufacturas reales del período de Medina Azahara, es decir, del siglo X. Con el inicio de la conquista cristiana de la comarca, el río Guadalmez se convierte en frontera entre los territorios cristiano y musulmán, siendo la época en la que se construye el castillo de Aznaharón, en el paso de Toledo a Córdoba y los castillos de Vioque, Chillón, Madroñiz, Santa Eufemia, Mochuelos, etc. Conquistada definitivamente la zona por Fernando III hacia 1227, y tras la toma de la ciudad de Córdoba, estas tierras pasarán a formar parte del Concejo cordobés, aunque varios serán sus dueños hasta que en 1370 sean compradas por Diego Fernández de Córdoba a Sancho de Castilla, hermano de Enrique II, por 6.000 doblas de oro. En 1375 quedará constituido sobre ellas el Mayorazgo de los Alcaides de los Donceles (de la familia de los Fernández de Córdoba), y en torno a esa época, la población, que antes se encontraba encastillada en Aznaharón, bajará al valle y levantará un pequeño asentamiento, Las Casas de Domingo Estevan, que con el tiempo pasará a denominarse Aldea de Guadarmes, apareciendo con tal denominación en un documento de septiembre de 1452, y quedando unida a la villa de Chillón, su matriz. En 1516, Don Diego Fernández de Córdoba y Arellano, I Marqués de Comares y Alcaide de los Donceles, entregará a los habitantes de la aldea la Carta de Censo Enfitéutico, auténtico fuero agrario, a través de la cual donará la Vega de Valdesapos y demás quintos unidos a ella, para siempre jamás, a los moradores del lugar habidos y por haber, a cambio de una renta anual de 30.000 maravedís. Entre los guadalmiseños, que animados con la conquista del continente americano, se atrevan a cruzar el Atlántico, habría que mencionar la gesta de Juan García de la Hinojosa, quien un 25 de septiembre de 1513, acompañará a Vasco Núñez de Balboa en el descubrimiento del Océano Pacífico. Tras la muerte sin descendencia del último Marqués de Comares, Guadalmez pasará a manos de los Duques de Medinaceli, quienes en 1799 venderán su señorío de Chillón a la Corona. Y en 1833, la aldea, que hasta esa época había pertenecido al antiguo Reino de Córdoba, será encuadrada dentro de la nueva provincia de Ciudad Real y de su Obispado. Por fin, y tras ser abortadas varias iniciativas separatistas, iniciadas en 1869, la Aldea conseguirá segregarse de la villa de Chillón en 1927, constituyéndose desde entonces en municipio independiente en la provincia de Ciudad Real. Autor del texto: D. Carlos Mora Mesa. ( Historiador ) Libro: " Guadalmez de manantial a Río ".
La duración de la ruta serían 4:30 h., incluidos descansos. Esta ruta comienza y finaliza en el pueblo de Guadalmez (Ciudad Real-ESPAÑA) La salida se hace desde el sur del pueblo de Guadalmez, desde aquí, y tras callejear un poco continuamos hacia el norte por el carreterín de Almadén (antigua vía que comunica ambos pueblos a través de las sierras). Cuando lleguamos a la cima de esta serrezuela, en el Puerto de las Cuevas, nos encontraremos con un pequeño altar de una virgen local (Virgen del Puerto). Tomaremos el camino de la derecha y tras unos cientos de metros, cruzaremos la puerta de la finca.Punto desde el que nos dirigiremos hacia el sureste durante varios km, donde disfrutaremos de bonitos caminos y paisajes serranos con verde vegetación autóctona. Visitaremos la antigua pedanía de Las Cábilas, abandonada hoy día. Desde este lugar iremos hacia el sur hasta encontrarnos con el magestuoso Río Guadalmez. Una vez en su ribera, continuaremos hacia el noroeste hasta llegar al comienzo de la ruta, eso sí, disfrutando de las vistas que nos ofrece el río, así como la vida que recorre sus aguas.